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jueves, 18 de septiembre de 2014

Medianoche sedienta de dudas

Hay lunas que trasnochan de pasión,
que se mezclan con auroras blancas,
que no olvidan el espejo de tu olor.

Laberintos hambrientos
de azotes de caricias no besadas,
y las puertas me golpean por dentro,
se pierden mis ojos inciertos,
y no sé siquiera regresar a casa.

Te llama mi latido más sediento,
y el por qué de mi angosto silencio,
me invitan los zapatos rotos
a caminar por tu burda y testaruda ausencia.

Y me insiste la primavera
a grabarme tu nombre, las fechas de tu risa,
resiste el afilado pasado,
el futuro que golpea a la lluvia,
y te llevas el invierno pesado
en el hueco de tus ojos, en tu cintura.

Mirarte de lejos en mis abriles encantados,
y morderme las piezas de mi puzzle interior
formadas por las sílabas de tu saliva,
por las hechuras de tu cuerpo,
por el sabor añejo de mi copa de licor.

Desperezar tus anhelos frágiles
con el espacio olvidado de mi boca,
y silenciosa destrozar soledades y olvidos
mientras que los dos rodamos en secreto
por el color azul tiznado
de los terrones de cielo mojado,
mientras que el mundo se hace una burbuja
para rescatar lo movedizo de mi realidad
y hacerme brillar ante tu emoción,
porque ya sabes,
hay lunas que respiran tu sabor...

miércoles, 10 de septiembre de 2014

RISAS EN EL POZO DE TU COBARDÍA


De frente, mírame de frente,
con tu mudez ruidosa,
empújame con el viento de tu dejadez,
te reto a enfrentarme sin balas
muéstrame lo que ignoro de ti,
lo que aún no conozco de mí.

No des la espalda al hambre de mi ser,
sabes que estremeces mis papeles
y que pierdo mis agostos en tus ramas,
todo no queda en ti, todo no es de ti,
todo es nada cuando me miras,
torpe burlador,
desde las rejas de mi escalera.

Aleja las voces, los puentes de abismos,
son las diez de la noche,
y juegas en el barro de mis agravios
hundiendo mis gestos en tu cena incierta.

Espera, deja que te pague,
con seis noches y veinte días,
ya no tropiezo con tus piedras vanidosas
en mis caminos de hiedra,
espera, devuelve la aurora a mi vientre,
al despeinado y errado destino
que ocultas en el espectro de tu cuerpo,
espera, ¿no ves que eres solo ruinas
en los azotes desnutridos de mis heridas?

De frente, por una vez, por una sola vez,
envalentona tu penumbra sagrada,
de piedras, café y nubes encharca
y de frente...mírame de frente.

viernes, 5 de septiembre de 2014

SOBRAS DE UN DESASTRE VENCIDO


¡Qué sabéis vosotros, que habláis de locura,
de heridas con cura, de locos de atar!,
¡Qué sabéis vosotros, pobres ingenuos,
valientes de boca, cobardes de alma, llenitos de nada!
¡Qué sabéis vosotros de sus madrugadas
golpeando fantasmas, arañando miedos,
vistiendo almohadas de sueños prohibidos,
de sangre embriagada de tanto vacío!
Sudores de llanto, soledades abrigadas de ansiedad,
cuando no arde en el pecho la llama que quema
es fácil hablar, opinar, criticar.

Y yo que camino por la misma senda que sus pies pisaron,
yo que abro puertas, que cierro ventanas, que mato mañanas,
que me encapricho del viento, las flores, el silencio,
para tener algo para respirar...no soy nadie para hablar...
pero la desesperanza me baila en el pecho,
los puños cerrados, los labios marchitos,
campanas que doblan en mi corazón,
yo, vagabunda errante de la desolación,
siento el mismo frío que sé que él sintió.

¡Qué sabéis vosotros, necios insensibles,
navegantes sedientos de falsos cuentos para murmurar,
que os falta sentido, os sobra egoísmo,
y ese despotismo, del que hacéis gala,
en vuestro paseo por la avenida de la frialdad!
Y yo, que lo pienso, lo siento, me muero, recuerdo,
su piel de niño, mis cicatrices, remedios de sabios,
cobarde jamás, valiente quizás, perdido lo sé,
y yo que me tumbo en mi rincón de errores,
rogando salidas, esquivando mil voces,
que gritan, me asustan,
maldito pasado que se hace presente,
presente que deja desnudo al futuro,
¡Qué sabéis vosotros, qué sabe la gente,
de los golpes fríos que le dio la suerte!,
Que sabéis...que sabéis...

Hoy soy yo quién peleo en el ring que a él le venció,
quiero ser cobarde, valiente, qué sé yo...
y que hablen lo que hablen, que presuman de torpeza,
¡Qué sabéis vosotros!,
¿acaso sentisteis alguna vez la nada en vuestro mar,
el mundo del revés, los miles de porqués?,
¿Acaso os ahogó la soledad, sus manos negras, su rostro oscuro?,
¿Acaso el frío os heló el alma, sembró de temblor vuestra paz, vuestra calma?,
¿Acaso, pensadlo un instante, fuisteis marionetas de la nostalgia,
del aparentar sonrisas que libres se volvían fugaces?,
¿Acaso es fácil vivir día tras día con un desafío robando tus ansias?
¡Qué sabéis vosotros, que no sentís nada,
qué sabéis vosotros, marionetas de cartón de un mundo sin valor!,
sé que luchó contra todo, amainó mil mareas,
batalló en los infiernos de sus tormentos canallas,
se rebeló ante todo, se quedó con nada,
porque yo recorro sus mismos caminos, con los pies cansados,
el ánimo perdido, las ganas encontradas, los muros caídos,
hoy yo lidio la misma batalla,
con los mismos guantes en mis palmas, con el mismo miedo en la mirada,
qué sabéis vosotros....locos, cuerdos, magos del libre pensar,
qué sabéis vosotros...necios del dolor, presos del rencor, olvidados maestros,
prestad vuestros sentidos al respirar ajeno,
escuchad un poco, hablad algo menos,
qué sabéis vosotros....de sus lejanías, de sus marejadas de melancolía,
qué sabéis vosotros.... de volar solo, de sentirte nada,
aferrarte al tiempo y encontrar en la inmensidad
escarcha, tan solo un firmamento de escarcha...
qué sabéis vosotros...qué sabéis vosotros...
del maquillaje barato que usaba para sus heridas,
ese con el que ni siquiera se reconocía,
de las noches danzando en las lunas de la desidia,
qué sabéis vosotros del equipaje que portaba en su maleta
en su viaje hacia el fin de su salida...
Qué sabéis…que sabéis…