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martes, 22 de julio de 2014

Navegante de mis silencios


La utopía de respirar con aliento aún no la siento viable ni siquiera en
mis escritos, aún no acierto a vislumbrar lo atesorado de esa pizca de armonía
que debe dormir en mí. Por el día tengo que vivir, dicen, incluso a veces les
sonrío, les saludo con la mano, muestro esa otra parte de mí que nadie sabe
que ya no existe, que no es más que un fantasma ataviado con el peso de
una falsedad que nunca quise hacer parte de mí. Es necesario, a veces es necesario,
me hacen daño los amaneceres porque no me dan a cambio más que
un nuevo día donde mis piernas se hacen más pesadas, mi mente más compleja
y mis ojos más turbios y cerrados. Por la noche soy yo, escucho al cielo vibrar,
me despeino por la ventana de mis pesares y de par en par comienzan a pasar
uno a uno los que siempre están, los que vuelan sin alas, los que tropiezan
sin suelos, los que viven muriendo entre esperanzas.....y entra el silencio, la
calma, el canto de los grillos, el relente de la noche, entra la luna azul, sí,
azul, porque yo la he coloreado así y basta, porque me gusta, porque me da
energía, porque es del color que un día imaginé yo que sería mi mundo o la
vida en sí, porque es cuando puedo ser yo, entre palabras secas que no hieren
como las del día, donde no hay venenos mortales de ironías, y en ese momento
sí soy yo, solo yo,....y mi pluma y mi cuaderno, sigilosos, se aman, y se compenetran
teniendo como únicos testigos la complejidad de esas amaestradas
agujas que descosen lo nublado de mi diurno existir frío amargo.


( Fragmento del texto "Navegante de mis silencios"  incluido en mi libro "Del alma hoy hablo yo", el cual lo puedes adquirir a través del correo electrónico palabrasysilencio@hotmail.es )

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