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jueves, 3 de julio de 2014

Lo célebre del vivir

Se me enturbian los ojos
ante lo frondoso de un cielo
que parece verter sus alas tibias sobre mí.

Me ofrezco a mecerme en el pecho de la noche,
recordándote,
olvidando que siempre me heriste
aún ofreciéndote la ausencia de mi presencia
por no quererla...

Andan los días oliéndote,
olfateando la ropa que nunca tendiste en mi cama,
que yace bajo la blancura de alguna almohada
de otra,
de alguna,
de tantas como amas sin amar.

Son las distancias
las que me buscan las ganas,
enterneciendo los porqués de las brumas de mis días,
son los mares,
es el viento,
la frialdad y calma del fantasma del silencio.

Emprender el viaje hacia el desierto
del que siempre me sentí dueña y verduga,
y danzar con el corazón entre los dedos de mis puños
maniatados de primaveras e inviernos,
que para mí son lo mismo,
que hace nada el infinito es 
lo que busco cuando me repito
que la vida debe ser algo más
que mirar, echar de menos y llorar sangre.

2 comentarios:

  1. Increible, que la madrugada y el insomnio te acompañen siempre para que jamas dejes al mundo vacio de tus versos! Un abrazo y espero ver mas.

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    Respuestas
    1. Gracias de corazón por tus palabras..Podría casi decir que sobrevivo en este mundo porque la madrugada y el insomnio me dan lo
      que necesito para sostenerme sin caerme en un universo tan
      subestimado por las falsas apariencias. Un abrazo lleno de luz y el deseo infinito de que sigas encontrando motivos para leerme una vez más.

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