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domingo, 6 de julio de 2014

Esos domingos...

Los domingos, escaleras con rejas insalvables,
enjambre de camas que no se llenan de espacios vacíos,
toreros sin capote, sin orejas de vencedores.

Domingos de calor y frío compuestos del miedo,
miedo a no sentir más que el incendio apabullante
de ideas que son interrogantes,
un pisotón a mis creencias,
el alboroto ensordecedor de la soledad.

Los domingos son los volcanes de mi rendición,
la antesala de este macabro juego 
que es la vida sin un destello nauseabundo de amor,
un refresco sin sabor, el péndulo de un reloj
que dicta las horas ensangrentando mis ganas,
un cerrar los ojos abriéndolos al segundo,
un no poder olvidar lo que ayer no recordabas.

Mis venas hinchadas del cansancio de mi alma
por no suspirar los domingos
balbuceándolos, emborrachándolos,
hasta que se callen,
hasta que se vayan.

2 comentarios:

  1. Enmudeces al mismo alma...maravilloso...

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    1. Gracias por tus palabras y sentimientos....tú has enmudecido mis emociones con tus letras...gracias por tanto....por todo...

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